Nacido en Navarrés, al poco tiempo vuelve a Tarrasa, ciudad catalana donde se encuentra afincada su familia. Hijo de un industrial del sector textil que tras la crisis industrial catalana de los años 50 tiene que vender su negocio. En 1968 se traslada a Barcelona con el fin de estudiar Arquitectura, pero la música y el arte de Joan Manuel Serrat, que en esa época ya emergía junto a otros cantautores, cambian su vocación y empieza a componer y a cantar sus propias canciones.
En 1968, con 18 años canta por primera vez en un teatro en Tarrasa, lo hace junto a Serrat. Las posibilidades en esos momentos eran magníficas para la Cançó catalana. Durante dos años actúa como telonero en los conciertos de Lluís Llach. Pero desde el primer momento Joan Baptista Humet tenía claro que con sus canciones lo que quería expresar eran sentimientos y sensaciones, huyendo de la política, pero sin dejar de lado las circunstancias sociales siempre vistas desde el lado mas humano.
Como describe Fernando G. Lucini en su libro Y la palabra se hizo Música. 50 años de Canción de Autor, a este artista “con frecuencia se le criticó (e incluso se le marginó), en ciertos círculos catalanistas, al considerar que sus creaciones y sus planteamientos eran demasiado comerciales; crítica que, en el fondo, enmascaraba, como ocurrió en el caso de Serrat, el rechazo (teñido de intolerancia) hacia la opción que un buen día tomó de cantar en castellano”.
Desde el comienzo de su vida artística la calidad de sus composiciones lo destacan como uno de los cantautores más respetados de España, sobre todo teniendo en cuenta que fue uno de los pocos artistas, junto a Joan Manuel Serrat, en mantener el bilingüismo en su obra, en tiempos de la dictadura y la transición española.
Joan Baptista Humet como artista se caracterizó por su estilo propio, sin etiquetas que pudieran enmarcarlo en una clasificación definida. Se trataba de un cantautor ajeno a grupos o corrientes, que durante toda su vida artística fue técnicamente por delante de su tiempo, no llegando a ser nunca un artista ni minoritario, ni de masas.
En 1968, con 18 años canta por primera vez en un teatro en Tarrasa, lo hace junto a Serrat. Las posibilidades en esos momentos eran magníficas para la Cançó catalana. Durante dos años actúa como telonero en los conciertos de Lluís Llach. Pero desde el primer momento Joan Baptista Humet tenía claro que con sus canciones lo que quería expresar eran sentimientos y sensaciones, huyendo de la política, pero sin dejar de lado las circunstancias sociales siempre vistas desde el lado mas humano.
Como describe Fernando G. Lucini en su libro Y la palabra se hizo Música. 50 años de Canción de Autor, a este artista “con frecuencia se le criticó (e incluso se le marginó), en ciertos círculos catalanistas, al considerar que sus creaciones y sus planteamientos eran demasiado comerciales; crítica que, en el fondo, enmascaraba, como ocurrió en el caso de Serrat, el rechazo (teñido de intolerancia) hacia la opción que un buen día tomó de cantar en castellano”.
Desde el comienzo de su vida artística la calidad de sus composiciones lo destacan como uno de los cantautores más respetados de España, sobre todo teniendo en cuenta que fue uno de los pocos artistas, junto a Joan Manuel Serrat, en mantener el bilingüismo en su obra, en tiempos de la dictadura y la transición española.
Joan Baptista Humet como artista se caracterizó por su estilo propio, sin etiquetas que pudieran enmarcarlo en una clasificación definida. Se trataba de un cantautor ajeno a grupos o corrientes, que durante toda su vida artística fue técnicamente por delante de su tiempo, no llegando a ser nunca un artista ni minoritario, ni de masas.
En 1981 publica uno de sus trabajos que más fama y reconocimiento le han dado, Hay que vivir, donde recoge temas como Vaya con la vida, El extranjero, Dama de una noche, Hay que vivir y, sobre todo, Clara. La canción Clara trata sobre el drama de las drogas, reflejada en la vida de una joven, de la destrucción que representa en todos los sentidos. Esa canción tuvo un gran éxito en España y a la vez le abrió las puertas de Iberoamérica. Con Clara, Joan Baptista Humet alcanza los primeros puestos en las listas de éxitos de 1980 y se convierte en un artista inolvidable.
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