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martes, 26 de enero de 2010

Kepa Junkera: Bilbao 00.00h




Tanto en una actividad vocal con la sonoridad del euskera al frente, como de manera instrumental en base a numerosos instrumentos autóctonos, la música tradicional vasca ha sabido integrarse notablemente en una sociedad que es cada vez más consciente de la riqueza de sus raíces culturales, bien de manera exclusivamente folclórica como en combinación con la música más popular, pop, rock o de cantautor. Uno de los grupos más representativos de la música vasca desde los 70 es sin duda Oskorri, que abordan con eficacia tanto canciones como instrumentales, y precisamente con ellos ha colaborado Kepa Junkera en numerosas ocasiones mientras desgranaba sus inquietudes musicales en discos en solitario que, en una labor sin par de aprendizaje y aptitud, ampliaban las fronteras naturales de la trikitixa, ese pequeño acordeón diatónico de botones que en las manos de un trikitilari como Kepa Junkera desarrolla melodías bailables endiabladamente rápidas (dantzas y valses fusionados con jazz o rock) o aires lentos de indudable ternura. Tras absorber influencias de diversos estilos y países, y hacer multitud de amigos en sus viajes por el mundo, por fín llegó el momento de la explosión de este trotamundos con un homenaje a su amada ciudad natal de título "Bilbao 00:00h".
'Bilbao hora cero', debería leerse en el título de este disco para poder encontrar el sentido homenaje a Astor Piazzolla en el mismo. Resistencia publicó este trabajo sin igual en 1998 en un formato más parecido a un libro que a un compact disc, dada la extensión y calidad de la información incluída, un libreto de 140 páginas que hace honor a este disco doble de inspiradísimo folclore vasco con sonido muy actual, y con un impresionante (casi increible) elenco de colaboradores que llega a superar el de otro disco mítico del folk español publicado sólo dos años antes, "A irmandade das estrelas" de un Carlos Núñez que profesa con Kepa Junkera admiración mutua. "Bilbao 00:00h" es un espacio intercultural donde se funden leyendas del acordeón (Phil Cunningham, Máirtín O'Connor), de la gaita (Liam O'Flynn, Paddy Moloney, Xosé Manuel Budiño), del violín (Alasdair Fraser), del timple canario (José Antonio Ramos), del banjo (Bela Fleck), de la flauta (Carlos Núñez), o las voces de Dulce Pontes, Pedro Guerra o Benito Lertxundi, todo ello sin perder un ápice de la identidad vasca de este bilbaíno nacido en 1965. No acaban ahí los nombres: grupos como Hedningarna, La bottine souriante, Radio Tarifa o La musgaña, grandes intérpretes como Tomás San Miguel, Javier Paxariño, Luis Delgado, Pedro Estevan, Justin Vali, Andrés Bedó o Ibon Koteron, y cómo no, los sempiternos Oskorri, acompañan a la banda de Kepa: Julio Andrade, Angel Unzu, Marie-Hélène Guillaume, Igor Otxoa y Harkaitz Martínez.

"Arin Quebec" es una soberana introducción con los empatizantes amigos de La bottine souriante, donde el zapateado de Michel Bordelau sustituye a la pandereta que lleva asociada por tradición la trikitixa, si bien el hermanamiento con mundos tan lejanos y fríos como el Quebec es si cabe más atractivo en una de las piezas más conocidas del álbum, la poderosa "Bok-Espok", composición del propio Kepa que ejecuta junto al grupo escandinavo Hedningarna. Una de las colaboraciones más bellas y sentidas es la de Pedro Guerra, que pone letra y voz a "Del Hierro a Madagascar", para ser a continuación Carlos Núñez el que deje su marca en la interpretación de la flauta de "Fasio & Lurra-Terra". En conexión directa con la música celta, destacan "Muskerraren balsa & La balso de Combouscuro" (dulce y melancólica tonada en la que el ilustrísimo acordeonista Phil Cunningham cede ese instrumento a Kepa para acometer el piano y la flauta irlandesa) y "Gesala" (costumbrista, evocadora de pequeños pueblos pesqueros, así es esta pieza a la que dan luz Alasdair Fraser y Liam O'Flynn). Sin colaboraciones especiales, "Santimamiñeko fandangoa" y "Gaztelugatxeko Martxa" muestran a Kepa Junkera y su grupo en su propia salsa, gustándose y gustándonos. Así acaba un primer CD más atractivo de cara al gran público, si bien el segundo encierra deliciosos encuentros étnicos, como la canción del malgache Justin Vali "Fali-Faly" o el clásico de Cabo Verde "Sodade" con la voz de Dulce Pontes, siempre como su nombre. Emotiva es la llegada de Oskorri en "Arin-Oskorri", si bien realmente espectacular es el siguiente tema, "Zumaia", de las mejores melodías del disco y como en todo él, de una ejecución formidable y la ayuda de Guilherme Inês en las mezclas. Para terminar, otra bailable muestra de título "Arin-Argiñeta & Ortigueira dantza", con la colaboración de Maírtín O'Connor y Alasdair Fraser.

Decía Kepa que "con el poco respeto que se ha tenido a estas músicas, el poder haber hecho discos me parece ya increíble". Lo increíble y absolutamente indispensable en la música tradicional española (incluso mundial) de las últimas décadas es este trabajo elegante, bien pensado, mejor hecho, que recibió enfervorizados aplausos por parte de crítica y público. Sus múltiples colaboraciones van más allá de su simple propósito, son auténticos lazos entre músicos comprometidos que consiguen que este disco sea, como el Bilbao que define Xabier Rekalde en la introducción del libreto, un abrazo. Y no sólo eso, una ciudad con música en todos sus rincones, una música que se abre al mundo por medio de un bilbaino cuyo nombre es conocido ya por casi todos. Y aunque acumulara hasta la fecha numerosos premios, colaboraciones y discos en solitario, "Bilbao 00:00h" fue una auténtica 'hora cero' para Kepa Junkera, cuya fulgurante carrera internacional (así como en gran parte de nuestro territorio) cobró aquí el merecido impulso y reconocimiento. Si la trikitixa era conocida en la antiguedad como 'el fuelle del infierno', Kepa Junkera se ha ganado el cielo con ese instrumento.
http://solsticiodeinvierno.blogspot.com/2010/01/kepa-junkera-bilbao-00ooh-tanto-en-una.html

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